Trastorno Disociativo de Identidad
El Trastorno Disociativo de Identidad (TDI), anteriormente conocido como Trastorno de Personalidad Múltiple, es un trastorno mental complejo caracterizado por la presencia de dos o más personalidades distintas dentro de un individuo. Estas personalidades, a menudo denominadas “alter egos” o “alters”, pueden tener sus propios nombres, edades, historias, y maneras de interactuar con el mundo.
Las causas exactas del TDI no se comprenden completamente, pero se asocia con traumas severos durante la infancia, como abuso físico o emocional prolongado. Se cree que la disociación es un mecanismo de defensa que el cerebro utiliza para protegerse de las emociones y recuerdos abrumadores asociados con estos traumas.
Los síntomas del TDI pueden variar ampliamente, pero incluyen lapsos de amnesia, cambios en el comportamiento, depersonalización, desrealización y relaciones alteradas con el entorno. Los individuos con TDI pueden sentir que pierden tiempo o experimentan lapsos en los que no pueden recordar actividades, comportamientos o información personal.
El diagnóstico del TDI es complejo y debe ser realizado por un profesional de la salud mental utilizando criterios diagnósticos específicos, como los del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5). El tratamiento del TDI generalmente implica una combinación de psicoterapia, medicación para síntomas concomitantes y técnicas de apoyo. El objetivo del tratamiento es integrar las diferentes personalidades en una y mejorar el funcionamiento del individuo.
Es importante destacar que el TDI es un trastorno legítimo y reconocido, aunque a menudo mal entendido y rodeado de estigma. La representación sensacionalista en los medios de comunicación ha contribuido a malentendidos comunes y estereotipos sobre este trastorno.