La memoria del agua
La memoria del agua
“La memoria del agua” es una serie fotográfica que recorre los antiguos molinos harineros de Alcalá de Guadaíra. A través de imágenes en blanco y negro, el proyecto explora la relación entre arquitectura, historia y paisaje andaluz desde una mirada poética y contemporánea..
Una travesía fotográfica por los molinos del Guadaíra
El agua recuerda. Incluso cuando calla, deja huellas.
Esta serie de nueve fotografías en blanco y negro recorre la ribera urbana del Guadaíra, donde los antiguos molinos harineros, suspendidos entre ruina y permanencia, evocan una memoria que fluye.
Más allá de su valor documental o arquitectónico, estas imágenes capturan lo invisible: el silencio de la piedra, la textura del abandono, la luz que revela lo que el tiempo quiso borrar. Los molinos, símbolos de una economía desaparecida y de un poder territorial ya disuelto, se ofrecen aquí como cuerpos erosionados por el río y el olvido.
La memoria del agua no es una serie histórica: es una invitación a mirar lo cotidiano con una profundidad nueva. Cada imagen encierra una historia suspendida, una resonancia emocional, un fragmento de paisaje interior.
-
El Molino de Vadalejos: Memoria hidráulica del paisaje andaluz
-
Molino de Aceña – Fotografía en Papel Baritado, Edición Limitada
-
Molino de Benarosa – Fotografía en Papel Baritado, Edición Limitada
-
Molino de la Tapada o del Batán – Fotografía en Papel Baritado, Edición Limitada
-
Molino de las Eras o de San Francisco – Fotografía en Papel Baritado, Edición Limitada
-
Molino de Oromana – Fotografía en Papel Baritado, Edición Limitada
-
Molino de San Juan – Fotografía en Papel Baritado, Edición Limitada
-
Molino del Algarrobo – Fotografía en Papel Baritado, Edición Limitada
-
Molino del Realaje – Fotografía en Papel Baritado, Edición Limitada (copia)
Sobre el proyecto
Descubrí los molinos harineros del Guadaíra en un paseo que comenzó sin mapa y terminó convertido en travesía visual. Recorriendo el Parque de Oromana, me fui encontrando con estas estructuras de piedra que emergen como ruinas activas entre la vegetación y el agua. Lo que al principio parecía un ejercicio de observación local, fue revelándose como un trabajo sobre el tiempo, la materia y la historia latente.
Algunos de estos molinos aún conservan mecanismos visibles, otros se abren sin custodia, como cuerpos expuestos al deterioro y a la contemplación. En mi búsqueda también encontré silencios: uno de los molinos —casi inexistente ya— fue imposible de fotografiar. Su ausencia, sin embargo, también forma parte de esta memoria que intento reconstruir con luz y encuadre.
La información que obtuve al inicio era fragmentaria, a veces errónea, pero fue justamente ese vacío de certezas lo que me llevó a explorar con mayor detenimiento. Visité cada molino desde múltiples ángulos, aprendiendo a leer el territorio como un palimpsesto de memorias y usos olvidados.
En el siglo XVIII se contaban más de cuarenta molinos en la zona. Hoy quedan apenas unos pocos en pie, testigos mudos de lo que fue una industria que dio forma a una ciudad. Alcalá de Guadaíra, conocida como “la Alcalá de los Panaderos”, abastecía a diario a Sevilla. El pan viajaba sobre lomos de burros; la historia sobrevive entre muros de piedra y caudales dispersos.
Esta serie es mi forma de escuchar lo que el agua aún guarda. Un cuaderno visual donde los molinos no son objeto de nostalgia, sino de presencia poética.